“Segundo tiempo” pandémico se alínea con la profundización del teletrabajo -

“Segundo tiempo” pandémico se alínea con la profundización del teletrabajo

A medida que nuevas versiones, como “la inglesa” (B117), potencian la transmisibilidad del coronavirus-19, las fantasías de que podremos retornar con rapidez a una época  AC (no Antes de Cristo, sino Antes del Coronavirus) muestran su carácter de deseo, antes que de evaluación objetiva.

Sucede que este incremento en la capacidad de contagio está volviendo la densidad de población de una ciudad o región mucho más trascendente. Tanto es así, que un trabajo de la Universidad de Wisconsin-Madison indica que “los hallazgos (al respecto) sugieren que dirigir las vacunas hacia las zonas densamente pobladas ayudaría a interrumpir la transmisión de la enfermedad”; pero, por ahora, “los planes actuales de distribución de vacunas no tienen en cuenta la densidad”.

Ya está aquí

No se trata de un tema que afecte a regiones puntuales y lejanas a nuestra Sudamérica. Así como, al menos una variante más, extendida en los Estados Unidos, la G614, también le ha dado al virus herramientas para mejorar su transmisibilidad; existen especulaciones nada improbables sobre la posibilidad de que la variante brasileña y una sudafricana pudieran haber adquirido también tal poder. La primera de ellas ya circula en Argentina, en tanto que la inglesa se encuentra en Chile.

Lo anterior para decir que en este 2021 entramos a un “segundo tiempo” pandémico que posee condiciones que lo diferencian del primero, y que obligan a reforzar o poner en marcha (en caso de no haberlo hecho) acciones empresarias que pongan en marcha o profundicen el teletrabajo.

Las razones aparecen con claridad:

  • La aceleración de la tasa de contagios obligará a las autoridades, antes o después, a reimponer restricciones de manera abrupta (desde toques de queda nocturnos a permisos de movilidad, incluyendo cierres totales para actividades no esenciales).
  • La evidencia reciente, que indica que los casos asintomáticos serían únicamente del 17 a alrededor del 50 %, respecto del total de infectados, determinan que la pandemia, más que ser una pelea de boxeo de dos o tres rounds, asume aspecto de maratón: el total de tiempo estimado para que el total de la población no susceptible (jóvenes) se inmunice sin vacuna es altamente variable.
  • Mientras más personas se contagian en el planeta, la posibilidad del surgimiento de mutaciones que alteren para mal los diversos escenarios, se incrementa.
  • Existe un cuello de botella en la producción de vacunas y en la implementación de la logística masiva de aplicación que nos afectará durante todo el primer semestre y podría extenderse hasta septiembre –octubre en el Hemisferio Austral.

Teletrabajo aliado de la distancia social

Desde un ángulo distinto, pero igualmente trascendente, el teletrabajo aparece cada vez más como un predictor fuerte del cumplimiento de las directivas de distanciamiento social. Según una encuesta realizada por la Johns Hopkins University, en comparación con quien continúa trabajando de manera presencial, las personas capaces de teletrabajar tienen un 24% más de probabilidades de distanciarse socialmente. Con cierto humor, Nick Papageorge, Profesor de Economía de la universidad citada, dice: “Todo el mensaje de esta pandemia es que estás atrapado en el teletrabajo en casa, (que) eso debe ser realmente difícil, así que ‘aquí hay algunas recetas para la masa madre, y en esto es lo que debes ponerte al día con Netflix’”. No obstante, la realidad es que el problema lo tienen los que no están teletrabajando:  “¿Qué van a hacer?”.

En la medida de lo posible, una gran cantidad de ellos emigrará hacia el trabajo a distancia. En el único estudio nacional multisectorial de medición del impacto de la pandemia sobre las PyMEs realizado en Argentina, se advierte que, “en 2021, sólo el 11 % de las empresas que adoptaron trabajo remoto durante la pandemia planea no continuar con esta modalidad”. Indicando que, “estamos frente a un cambio permanente”. Un dato todavía más indicativo muestra que “el 49 % de las empresas que adoptaron el trabajo remoto durante la pandemia o lo adoptarán en 2021, no tenían personal desempeñándose bajo esta modalidad” de manera previa.

Objetivos, no horarios

El informe, realizado por KPMG, asevera que “mientras que el 56 % (de las compañías) prevé una necesidad mayor de planificación de actividades, más de la mitad de las empresas que adoptaron o adoptarán el trabajo remoto en 2021 estima que el desempeño del personal será evaluado más por objetivos que por horarios (51%), lo que confirma que estamos frente a una modernización de la gestión que implica un cambio en el modelo de administración actual”.

Existe, ya no caben dudas, un cambio de paradigma en curso al cual la pandemia ha dado un empujón y en el cual también convergen cambios tecnológicos. En ese sentido, como lo señala KPMG, “las características tecno-organizativas del sector productivo es uno de los determinantes de la expectativa de aumento de la productividad futura”, vinculados al teletrabajo “y aquí se destaca especialmente el sector de los servicios avanzados”.

En resumen, los gastos necesarios para implementar el teletrabajo, más que “defensivos” –frente a la situación pandémica– corresponden a una inversión, cuyos resultados se verán mucho más allá de ella.

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