Estamos por cumplir un año exacto del comienzo de lo que, en retrospectiva, probablemente será visto como la Gran Disrupción de comienzos de siglo: un golpe exógeno a la economía y al funcionamiento social (aislamiento de los mayores, cierre o semi paralización del sistema educativo, colapso del turismo individual y de negocios).
Su origen no ha sido el Coronavirus-19, sino nuestra incapacidad de manejar su aparición astutamente con centralización (de la reacción global de salud pública) y descentralización (la reacción responsable de los actores económicos y sociales con “agencia”, esto es, con márgenes de libertad), a la vez.
Claramente, la sociedad planetaria es incapaz de multitasking coordinado y supranacional. Omnipotencia, negación, desesperación y otra vez negación, ha sido el ciclo que hemos visto repetirse en ciudades, países y hasta regiones enteras.
Afortunadamente, tres comunidades diferentes lograron escaparle a este automatismo autodestructivo: la médica, la científica y la de la industria detrás de la digitalización (también debemos agradecer a la mecanización de la agricultura que no haya colapsado o oscilado brutalmente la producción de alimentos).
Lo que hay que tener
Esto ha ocurrido porque las tres están compuestas por una dirección y fuerza de trabajo:
- Cosmopolita
- Con recursos humanos altamente entrenados
- Con una muy fuerte tradición de coopetion; esto es, de cooperación y competencia a la vez, acostumbrados a ciclos de innovación y cambio acelerado.
Otro efecto positivo de toda esta conmoción ha sido, como hemos señalado en este blog, la aceleración de la digitalización. Vista, a vuelo de pájaro, como la unión de mejoras en la productividad y la migración al teletrabajo, resultado también de la maduración y universalización de diversas herramientas digitalizadas. En realidad, se trata de mucho más que eso. No obstante, la siguiente lista contiene varios de los puntos principales que implica este proceso bajo la forma de preguntas:
- ¿Tiene tu empresa una estrategia activa en redes sociales?
- ¿Has puesto en marcha una tienda propia en línea o estás presente en un ecosistema de Internet que te provee de ventas reales o acceso a mercados digitalizados?
- ¿Cuentas con un servicio de telefonía con centrales PBX integrado con CRM?
- ¿Ha migrado parte de tu fuerza laboral al teletrabajo de manera permanente?
- ¿Usas o evalúas usar software coordinador de vanguardia como LiquidPlaner o Brigthidea o equivalentes?
Sin dudas las respuestas han de ser dispares. Primero, porque la economía y negocios digitales no ocurren en un universo paralelo no analógico: lo digital es una nueva forma de lo real en la que no se trata de que los bytes reemplazan a los átomos, sino que nos permiten un acercamiento y manipulación diferentes de ellos. Segundo, aunque las caídas en los niveles de actividad han sido desastrosas en la casi totalidad de las economías (a excepción de varias del Lejano Oriente), las diferencias entre ellas han permitido un abanico de reacciones disímiles.
España y México
Pruebas al canto. En España, el 74% de las empresas aceleró, el año pasado, la llamada “Hoja de Ruta de Transformación Digital”, según el Índice de Madurez Digital de las empresas 2020-2021. En la práctica, afirma el informe, el 62% han incrementado su presupuesto destinado a tecnología y a proyectos de la transformación digital por la crisis COVID-19”. ¿El objetivo? Reperfilarse hacia el negocio digital y una relación digital con sus empleados y clientes en vistas a este 2021.
Pero, aún con la presión de la pandemia, las metas todavía están a distancia: “La transformación digital sigue siendo una asignatura pendiente de las empresas de España (…). Esto se genera aunque el 69% tienen el compromiso de sus líderes con la transformación digital y el 74% han acelerado su hoja de ruta digital por la situación actual de crisis sanitaria”, afirma Joana Sánchez, Presidenta de INCIPY.
En México también la necesidad aprieta. Al decir del Índice de Transformación Digital de Dell Technologies México, en 2020, “el 80% de las empresas realizó un avance rápido en algunos programas de transformación digital”, buscando “capacidades de trabajo remoto potenciadas y experiencias digitales para los clientes y empleados reinventadas”.
No es menor que el estudio asevere que el 89% de las organizaciones concuerda en que la pandemia ha demostrado la necesidad de una TI más ágil y escalable frente a las contingencias, que “el 79% está reinventando su modelo de negocio y el 74% está invirtiendo en servicios digitales a pedido”.
Nuevas en serio
Lo concreto es que las empresas adoptan herramientas digitales para manejar todo, desde las comunicaciones y la colaboración hasta la gestión de proyectos y la gestión de relaciones con los clientes (CRM).
Aún así, la situación es muy variable, Zoom o entornos colaborativos como el que ofrece Teams, son solo una capa, la que muchas veces está aislada de mejoras, como la integración de sus centales telefónicas PBX a sus Servicios de CRM.
En este plan de integración, queremos mencionar dos software, entre muchos, que se expanden en busca de ofrecer articulaciones diferentes. Uno es LiquidPlanner, diseñado para establecer marcos dinámicos de colaboración, con programación y pronósticos automatizados sobre cuándo se completará un proyecto. El cual, además, habilita el establecimiento de prioridades en proyectos y tareas específicas; mide cuánto tardará una tarea en completarse y reedistribuye los recursos de forma automática.
El segundo es Brightidea, corresponde a una faceta incipiente en la digitalización: la gestión de ideas de manera digital.
Se trata de generar, registrar, discutir, organizar y evaluar ideas y pensamientos, pero de lo que se consideran habitualmente a través de procesos de rutina. Este software permite crear un buzón/casilla de sugerencias digital «siempre activo» que reúne ideas no importa dónde que se encuentren los trabajadores. Incluye una interfaz intuitiva de arrastrar y soltar y una aplicación móvil completa para facilitar la colaboración. Sus características incluyen la capacidad de rastrear el retorno de la inversión (ROI) y el impacto comercial a través de un motor de análisis que produce información informada. Es una manera accesible de crear un depto interno de innovación, que articula el proceso sin presencia física.
A no cantar victoria
Pese a la existencia de los desafíos, las herramientas y el ambiente favorable, en el Cono Sur queda mucho camino por recorrer, en particular en Argentina. En un reportaje a la revista Information Technology, Inés Ferrecio, Manager de la división Information Technology de la consultora de RR.HH. Michael Page, señaló que: “Existe una mayor demanda de gerentes de Transformación Digital y gerentes de Desarrollo, posiciones en las que ‘es fundamental la capacidad de adaptación en todos los rubros, para ofrecer una mejor experiencia a los usuarios y minimizar los riesgos de eventuales bajas o caídas de los sitios web’. Pero que, “las demandas de este tipo de perfiles estuvieron concentradas principalmente en empresas del rubro financiero, aseguradoras, retail y servicios de tecnología”. Es decir, todavía en una parte, aunque poderosa, pequeña de la economía.
La segunda temporada de la por ahora exitosa serie llamada Digitalización recién empieza.